Toxina botulínica y el efecto “como te ves, te sientes”
La toxina botulínica es más conocida por su utilización cosmética y dermatológica para la eliminación de arrugas, sin embargo, tiene otros usos dentro de especialidades como la oftalmología, la neurología e incluso en la psiquiatría como tratamiento para la depresión
El botox es una toxina purificada obtenida de una bacteria llamada Clostridium Botulinum. La función de esta toxina consiste en contraer el musculo por un tiempo, por ello su utilización dermatológica para la eliminación de arrugas, aunque se ha usado desde tiempos remotos, no siempre se utilizó para este fin, también para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, urológicas y neurológicas.
Su uso en la depresión
Como ya se había mencionado la toxina botulínica tiene muchos usos, uno de ellos es disminuir la sudoración excesiva, bloqueando el neurotransmisor encargado de la producción del sudor, pero también ha sido utilizada en pacientes en depresión y te preguntaras ¿Cómo ayuda a la depresión?:
La depresión es un trastorno que va acompañado de episodios de tristeza, ira, frustración y que comúnmente son tratados con ayuda psicológica y antidepresivos pero no siempre se obtienen los resultados deseados y es por ello que se recurre a la toxina botulínica, donde estudios han arrojado que puede ser factor para producir el efecto llamado Hipótesis del Retroalimentación Facial en el cual la actividad de los músculos y la expresión facial son responsables de emitir reacciones afectivas en sí mismo, coloquialmente referido al “como te ves, te sientes”.
Su aplicación consiste en inyectar la solución en los músculos que hacen ver el rostro triste o preocupado, cambiando la apariencia de este mismo por una más agradable por 4 o 6 meses, aun no se sabe exactamente el efecto directo que tiene, pero psicológicamente el aspecto físico puede ayudar a resolver algunos trastornos emocionales.
A pesar de encontrar su utilización para el tratamiento de la depresión, siempre será recomendable consultar de primera instancia a un especialista en el tema, que realizará una valoración y determinará el tratamiento adecuado para cada paciente.