La Cirugía de Columna Vertebral comprende un conjunto de técnicas quirúrgicas destinadas a mejorar los síntomas provocados por diversas patologías de la columna.
No obstante, es importante aclarar desde el inicio que no todos los pacientes con Dolor de Espalda o cuello son candidatos a cirugía. La indicación quirúrgica se establece únicamente después de un diagnóstico preciso, realizado mediante una combinación de interrogatorio clínico, exploración física y estudios complementarios.
¿Cuándo está indicada la Cirugía de Columna Vertebral?
El Dolor de Columna es un síntoma común, pero su causa puede ser muy variada. Por ello, antes de considerar una intervención quirúrgica, es fundamental:
- Realizar un interrogatorio clínico detallado
- Hacer una exploración física completa
- Complementar con estudios de imagen y pruebas funcionales si es necesario
Solo una vez identificada la causa exacta del problema y tras evaluar todas las alternativas terapéuticas, se puede considerar la cirugía como una opción válida.
Tipos de enfermedades que pueden requerir cirugía
Las enfermedades que afectan la columna vertebral se pueden clasificar en dos grandes grupos según su origen:
Enfermedades degenerativas
Están relacionadas con el envejecimiento o el esfuerzo físico prolongado. Las más comunes son:
- Hernias Discales
- Compresiones Radiculares (afectación de los nervios a su salida de la columna)
- Estenosis de Canal Vertebral
Estas condiciones suelen causar dolor, debilidad muscular, adormecimiento o dificultad para caminar.
Lesiones traumáticas
Producidas por accidentes o caídas, pueden generar:
- Fracturas vertebrales
- Deformidades estructurales
El dolor suele ser el síntoma más evidente, pero también puede presentarse pérdida de fuerza o sensibilidad.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico preciso es el pilar para definir si un paciente necesita o no una cirugía. Para ello se emplean:
Evaluación clínica
- Interrogatorio: esencial para comprender la naturaleza, duración e intensidad de los síntomas
- Exploración física: permite valorar fuerza, sensibilidad, reflejos y otros signos neurológicos
Estudios de imagen
- Radiografía de columna vertebral: técnica básica y ampliamente disponible. Ayuda a evaluar la alineación y estabilidad ósea
- Tomografía computarizada (TAC): ofrece cortes detallados del hueso. Útil para evaluar fracturas y estructuras óseas con mayor precisión
- Resonancia magnética (RM): muestra con gran detalle la médula espinal, los nervios y los tejidos blandos. Es especialmente útil en enfermedades degenerativas
Cada uno de estos estudios ofrece información complementaria, por lo que se utilizan en conjunto para una evaluación integral.
Estudios electrofisiológicos
En algunos casos, se recomiendan estudios electrofisiológicos como Electromiografía (EMG) y velocidades de conducción nerviosa que permiten identificar con mayor precisión qué nervio o grupo de nervios está afectado. También ayudan a determinar el pronóstico del paciente.
Tipos de Cirugía de Columna
La elección de la técnica quirúrgica depende de la patología diagnosticada y del segmento de la columna comprometido (cervical, torácico o lumbar). Existen dos enfoques principales:
Cirugía convencional
Es la técnica más conocida y habitualmente practicada. Implica un abordaje abierto, lo que significa una mayor exposición de los tejidos. Se reserva para casos complejos o donde se requiere un acceso amplio.
Cirugía de mínima invasión
Utiliza tecnología moderna para realizar procedimientos con incisiones más pequeñas. Sus ventajas incluyen:
- Menor daño a músculos, ligamentos y huesos
- Reducción del dolor postoperatorio
- Recuperación más rápida
- Mantenimiento de la estabilidad vertebral
Ambos enfoques tienen indicaciones específicas, y la elección dependerá de múltiples factores que el especialista valorará individualmente.
Objetivos del tratamiento quirúrgico
Una vez confirmado que el paciente es candidato a cirugía, es vital establecer objetivos claros y realistas, como:
- Evitar la progresión de la enfermedad: es prioritario frenar el avance del daño estructural o neurológico
- Mejorar los síntomas: disminuir el dolor, recuperar fuerza y sensibilidad, y mejorar la calidad de vida
- Favorecer la rehabilitación funcional: restaurar la movilidad y autonomía del paciente. Retornar, en la medida de lo posible, al estado funcional previo a la enfermedad
La Cirugía de Columna Vertebral es una herramienta valiosa, pero no debe considerarse de forma apresurada. Su indicación requiere un proceso diagnóstico riguroso, en el que se evalúan todos los aspectos clínicos y paraclínicos del paciente. Solo así se puede garantizar que la intervención será beneficiosa y con un objetivo claro: mejorar la función, aliviar los síntomas y detener el avance de la enfermedad.
Siempre es recomendable que los pacientes aclaren sus dudas con su especialista en Neurocirugía y comprendan los objetivos y limitaciones de cada tratamiento propuesto.