Capsulitis Adhesiva: Cómo reconocer y tratar el Hombro Congelado en adultos
El Hombro Congelado, también conocido como Capsulitis adhesiva, es una afección dolorosa que afecta la articulación del hombro, limitando significativamente su movilidad.
Aunque puede presentarse en cualquier persona, es más común en individuos mayores de 40 años, especialmente en mujeres. Esta condición puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen, por lo que conocer sus causas, síntomas y tratamientos es fundamental para su prevención y manejo adecuado.
¿Qué es el Hombro Congelado?
El Hombro Congelado es una patología caracterizada por la inflamación y el engrosamiento de la cápsula articular del hombro, que es una bolsa de ligamentos fuertes y líquido sinovial lubricante que ancla y estabiliza el hueso del brazo superior dentro de la cavidad del Hombro. Lo que provoca dolor y rigidez progresiva.
A medida que la cápsula se engrosa y se endurece, se forman adherencias que restringen el movimiento de la articulación. Con el tiempo, se pueden formar bandas de tejido cicatricial, que parecen “pequeñas telarañas”, mientras que el líquido sinovial también puede secarse. En conjunto, estas afecciones hacen que sea muy difícil mover el brazo.
La afección se desarrolla de manera gradual y puede tardar meses o incluso años en resolverse. Su causa exacta aún no está completamente esclarecida, pero se ha identificado una serie de factores de riesgo que predisponen a su aparición.
En algunos casos, el Hombro Congelado se produce después de una lesión o cirugía que impide mover la articulación (lo que los médicos llaman hombro congelado “secundario”). Sin embargo, generalmente, el Hombro Congelado simplemente ocurre sin una causa identificable.
Factores de riesgo
Si bien el Hombro Congelado puede afectar a cualquier persona, existen ciertos factores que aumentan la probabilidad de desarrollar esta condición en el Hombro:
- Edad y género: afecta principalmente a personas mayores de 40 años y es más común en mujeres
- Inmovilización prolongada: cirugías, fracturas o lesiones que requieran mantener el hombro sin movimiento pueden predisponer a esta afección.
- Enfermedades sistémicas: Diabetes, Hipotiroidismo, Hipertiroidismo, Enfermedades Cardiovasculares y Parkinson están asociadas con un mayor riesgo de hombro congelado
- Factores hormonales: algunas investigaciones sugieren que los cambios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia, como la Perimenopausia, pueden estar relacionados con el desarrollo de la enfermedad
Otro estudio también descubrió que las mujeres que usaban terapia de reemplazo hormonal (TRH) menopáusica tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de sufrir Hombro Congelado que las que no la usaban (3.95% frente a 7.65%).
Síntomas y fases de la enfermedad
El Hombro Congelado evoluciona en tres fases bien definidas:
Fase de “congelamiento”
Es la fase inicial de este padecimiento y se caracteriza por un dolor creciente en el hombro que empeora con el movimiento, generalmente con el brazo colocado por encima de la cabeza o hacia atrás. También es común que el dolor empeore durante la noche.
Esta fase puede durar de dos a nueve meses y, a medida que avanza, el dolor se intensifica lentamente, lo que dificulta la movilidad del brazo.
Fase "congelada"
En esta etapa el dolor puede disminuir, pero la rigidez se intensifica, limitando el rango de movimiento. Esta etapa puede extenderse de tres a doce meses.
Fase de "descongelamiento"
Finalmente, en esta etapa, hay una mejora gradual en la movilidad del hombro. La recuperación completa puede tardar desde meses hasta varios años.
Cómo se diagnostica y se trata el hombro congelado
El diagnóstico del Hombro Congelado es principalmente clínico. Los especialistas en Ortopedia generalmente diagnostican el Hombro Congelado basándose en los síntomas y un examen físico para determinar la pérdida de movilidad.
En algunos casos, pueden utilizarse estudios de imagen como radiografías, ecografías o resonancias magnéticas para descartar otras patologías, como la Artritis.
El tratamiento del Hombro Congelado puede ser conservador o, en casos severos, quirúrgico.
La mayoría de las personas con hombro congelado solo necesitan tratamientos de baja tecnología o no quirúrgicos, que incluyen:
- Medicación: antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor
- Fisioterapia: ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mejorar la movilidad
En algunos casos las inyecciones de corticoesteroides pueden reducir la inflamación y facilitar la rehabilitación.
Si los síntomas persisten, se puede considerar la liberación capsular artroscópica, que elimina las adherencias de la cápsula articular para restaurar la movilidad.
Algunos ejercicios pueden ayudar a mejorar la movilidad y prevenir la rigidez son:
- Ejercicios pendulares: permiten movilizar el hombro de manera suave
- Estiramientos pasivos: utilizar la otra mano para mover el brazo afectado
- Ejercicios de rotación: favorecen la movilidad interna y externa del hombro
Prevención del Hombro Congelado
Durante todo el proceso, para prevenir el desarrollo del Hombro Congelado, es importante seguir moviéndose (dentro de un rango que pueda controlar) todos los días. Los especialistas también recomiendan acudir a un fisioterapeuta, que puede enseñarle ejercicios y estiramientos que son seguros y beneficiosos para el hombro congelado.
Otras medidas de prevención incluyen:
- Mantener la movilidad: después de una lesión o cirugía, iniciar ejercicios de movilidad lo antes posible
- Control de enfermedades subyacentes: gestionar adecuadamente condiciones como la Diabetes o Trastornos Tiroideos
- Evitar la inmovilización prolongada: no utilizar cabestrillos por períodos largos sin indicación médica
El Hombro Congelado es una afección que puede afectar gravemente la calidad de vida, especialmente en personas mayores de 40 años. Si bien este padecimiento no recibe tanta atención como muchas otras afecciones articulares, es fundamental acudir con especialista ante la aparición de cualquier síntoma.
Aunque no hay una solución rápida, la detección temprana y un tratamiento adecuado son fundamentales para evitar complicaciones y mejorar la funcionalidad del hombro, ayudando a hacer que la vida diaria sea más sencilla mientras espera que las cosas mejoren.