Deformidades de Miembros Pélvicos: ¿Qué son y cómo se tratan?
Las Deformidades de los Miembros Pélvicos son alteraciones en la alineación o forma de las extremidades inferiores que pueden tener origen fisiológico o patológico.
Entender estas diferencias es fundamental para identificar cuándo se trata de una condición normal del desarrollo infantil y cuándo es necesario un tratamiento médico o quirúrgico.
¿Qué son las Deformidades fisiológicas?
Las Deformidades fisiológicas son comunes en la infancia y forman parte del desarrollo natural del sistema musculoesquelético. Al nacer, es normal que los niños presenten una anteversión de las caderas (orientación hacia adelante) que, si no se corrigiera con el tiempo, provocaría una marcha anómala. Por ello, durante los primeros años de vida, muchos niños presentan:
- Genu varo (Rodillas Separadas)
- Torsión tibial interna (piernas giradas hacia adentro)
Estos patrones hacen que la marcha infantil sea en apariencia “hacia adentro”, conocida como “marcha en intorsión”. Aunque suele ser motivo de preocupación para los padres, en más del 92% de los casos, estas condiciones se corrigen espontáneamente antes de los 9 años gracias al crecimiento y a la maduración natural del cuerpo.
Es importante observar si con el paso del tiempo la deformidad mejora o empeora. Si un niño no muestra signos de mejoría e incluso empeora entre los 4 y 7 años, es posible que se requiera una evaluación más profunda y, en algunos casos, tratamiento quirúrgico anticipado.
El seguimiento ortopédico es clave para diferenciar entre una condición que sigue un curso benigno y otra que requiere intervención. En algunos casos, se recomienda la práctica de ciertos deportes que, si bien no curan, pueden acelerar la corrección.
Deformidades Patológicas: causas y características
A diferencia de las Deformidades Fisiológicas, las Deformidades Patológicas tienen causas subyacentes específicas que alteran la alineación y función normal de las extremidades. Estas pueden incluir:
- Fracturas mal tratadas
- Artritis Séptica (infección articular)
- Enfermedades Metabólicas (como el Raquitismo)
- Trastornos Reumáticos (como la Artritis Idiopática Juvenil)
- Degeneración Articular o Enfermedades Óseas específicas
Estas condiciones suelen acompañarse de síntomas como:
- Dolor en reposo o al caminar
- Inflamación articular (enrojecimiento, calor local)
- Dificultad o limitación para caminar
- Caídas frecuentes
- Cambios visibles en la alineación de las piernas (piernas arqueadas o en "X")
En estos casos, el tratamiento requiere un abordaje integral. Primero, se debe identificar y controlar la causa subyacente, ya sea con el apoyo de especialistas en Metabolismo, Reumatología o Infectología. Posteriormente, el Ortopedista interviene para corregir la deformidad mediante cirugías específicas, como Osteotomías (corte de hueso para realineación).
Importancia del diagnóstico y tratamiento oportuno
Aunque algunas deformidades no generan síntomas inmediatos, es fundamental su vigilancia. Muchos pacientes asintomáticos durante la juventud pueden desarrollar complicaciones al practicar deporte o al aumentar de peso. Por ello, incluso en ausencia de dolor, las deformidades evidentes deben ser valoradas y, si es necesario, corregidas antes de que generen problemas mayores.
El diagnóstico debe ser preciso y diferenciar entre lo fisiológico y lo patológico. En el caso de deformidades fisiológicas, el seguimiento clínico y, en algunos casos, la recomendación de ciertos deportes puede ayudar a acelerar la corrección sin necesidad de intervención invasiva.
Sin embargo, cuando se detectan deformidades patológicas, el abordaje depende de la causa y la edad del paciente:
- Infecciones articulares como la Artritis Séptica requieren intervención inmediata dentro de las primeras 24 horas para evitar daños permanentes
- Fracturas mal curadas o deformidades residuales pueden necesitar Osteotomías (corte y realineación del hueso) para restaurar el eje anatómico de las extremidades
- Trastornos Metabólicos o Reumatológicos deben ser tratados en conjunto con especialistas para controlar la enfermedad de base antes de proceder con intervenciones ortopédicas.
Seguimiento a largo plazo
Incluso en pacientes asintomáticos con deformidades leves, es importante advertir que estas alteraciones pueden causar molestias futuras, especialmente con el inicio de actividades físicas o con el envejecimiento. Mantener una buena alineación de las extremidades ayuda a prevenir cirugías mayores en el futuro y mejora la calidad de vida a largo plazo.
El objetivo ortopédico siempre es preservar la funcionalidad y calidad de vida del paciente durante el mayor tiempo posible, idealmente hasta la tercera edad. Esto requiere un enfoque preventivo, informativo y terapéutico adecuado a cada caso.
Las Deformidades de los Miembros Pélvicos pueden ser parte del desarrollo normal o consecuencia de patologías que requieren intervención especializada. Diferenciar entre ambas es esencial para brindar el tratamiento adecuado. El seguimiento por parte del especialista en Ortopedia, junto con el conocimiento y comprensión de los padres, permite tomar decisiones informadas que favorezcan el bienestar y desarrollo óptimo del niño.