Lesiones Deportivas: un problema común que puede terminar en cirugía
Las lesiones que se presentan durante una actividad deportiva cada día son mayores debido a que actualmente las personas intentan tener una vida más saludable, comiendo más sano y teniendo una mayor actividad física.
La actividad física implica un mayor riesgo de lesiones, sobre todo si no hay una preparación adecuada (Calentamiento, estiramiento, protección, ropa adecuada, entre otros factores), los accidentes son más frecuentes y este tipo de lesiones deben ser manejadas y tratadas por un experto en el área.
En el ámbito deportivo, el tipo de lesión que se presenta puede variar de acuerdo a la actividad que el paciente realice; por ejemplo, en el futbol soccer las áreas que se lesionan con mayor frecuencia son la rodilla o el tobillo, en el crossfit son la rodilla y los hombros, en el gimnasio, las lesiones más frecuentes son en hombros y espalda… y así, las lesiones varían de acuerdo al área que se somete a mayor estrés en determinado deporte.
Riesgos de no tratar una lesión
Las lesiones deportivas se presentan cuando alguno o varios factores en el medio del deportista se corrompen, esto incluye vestimenta y accesorios adecuados, calzado adecuado, ejercicios de calentamiento y estiramientos adecuados, hidratación y alimentación adecuadas y sobre todo intensidad del ejercicio de acuerdo a la condición física del paciente.
Una lesión deportiva no debe tomarse a la ligera, ya que en ocasiones requiere de un manejo especializado interdisciplinario, esto significa un manejo por parte del médico ortopedista, del médico del deporte e incluso del fisiatra. Las lesiones pueden tener una intensidad variable, desde leves hasta lesiones incapacitantes que puedan llegar a requerir un manejo quirúrgico. Es mejor detener nuestra actividad deportiva por unos días, en vez de no tratar la lesión y en futuro pueda tener consecuencias funcionales o dolorosas en nuestra actividad deportiva o incluso, en nuestra vida diaria.
¿En qué casos es necesaria la cirugía?
Dependiendo del tipo de lesión padecida, el tratamiento por parte de nosotros como especialistas puede ser de dos tipos: conservador (sin cirugía) o quirúrgico (tratamiento con cirugía). Por lo general, el tratamiento inicial es mediante medicamentos, reposo, inmovilización por un tiempo pertinente del área afectada y posteriormente rehabilitación con terapia física para reincorporar al paciente a sus actividades de la vida diaria y deportivas, previas a la lesión. Sin embargo, por otro lado, a pesar del tratamiento conservador en ocasiones es necesario un tratamiento quirúrgico definitivo, todo esto de acuerdo con el tipo y la gravedad de la lesión que presente el paciente.