Piedras en el riñón: un padecimiento que se puede minimizar con el consumo de agua

Piedras en el riñón: un padecimiento que se puede minimizar con el consumo de agua

Editado por: el 10/10/2023

Los cálculos renales pueden no causar síntomas hasta que pasan por el uréter o se desplazan por el riñón y posteriormente ocasionar dolor severo al orinar.

 

 

Los cálculos renales consisten en depósitos duros de sales y minerales que se forman en los riñones por diversas causas y pueden dañar varios tejidos de las vías urinarias. Generalmente se crean cuando la orina se concentra, lo que permite la cristalización y unión de los minerales.

 

Su expulsión puede ser muy dolorosa, aunque no se presentan daños permanentes si se identifican tempranamente. En algunos casos es suficiente la ingesta de mucho líquido y analgésicos, sin embargo, en otros se requiere una cirugía, especialmente si se alojan en las vías urinarias porque se relacionan con una infección o provocan complicaciones.

 

Todas las personas pueden sufrir este padecimiento, pero algunos grupos están en mayor riesgo. Los hombres de 30 a 50 años tienen mayor riesgo de cálculos renales que las mujeres, que suelen estar en riesgo entre los 20 y 30 años. También se han detectado factores genéticos, puesto que alrededor del 40% de las personas que sufre de cálculos, tiene familiares con este padecimiento. En estos casos, sus cuerpos pueden crear demasiado calcio o muy poco citrato.

 

Causas y síntomas

 

Existen diversos factores que aumentan los riesgos de formar piedras en los riñones, los más notables son:

 

  • Deshidratación: Quienes beben poca agua diariamente o viven en climas cálidos y transpiran mucho tienen más riesgo
  • Antecedentes familiares: Si algún familiar padeció cálculos aumentan las posibilidades de sufrirlos; además, si los presentaron en el pasado es posible que vuelvan a aparecer
  • Aumento de peso: una cintura demasiado ancha o alto índice de masa corporal aumenta el riesgo de sufrir cálculos
  • Alimentación: El riesgo aumenta para las personas que consumen demasiada sal, azúcar y proteínas. Aplica especialmente para dietas ricas en sodio, ya que aumenta la cantidad de calcio que el riñón debe filtrar
  • Cirugías y enfermedades: La diarrea crónica, enfermedad inflamatoria intestinal y bypass gástrico modifican los procesos digestivos y afectan la absorción de agua y calcio, lo que aumenta los niveles de sustancias que conforman las piedras. Otras enfermedades implicadas son la acidosis tubular renal, hiperparatiroidismo y cistinuria

 

El cuadro sintomatológico de los cálculos renales puede ser variado e incluso hay pacientes que no manifiestan ningún signo hasta que estos empiezan a desplazarse por el riñón o pasan por el uréter, el tubo conector entre el riñón y la vejiga. En tal caso, podrían llegar a experimentar dolor intenso a los lados de las costillas, dolor que se extiende hacia el área inferior de su abdomen y la ingle, molestias en oleadas con intensidad fluctuante, ardor al miccionar, orina de color rosa o con rastros de sangre, orina turbia y con mal olor, necesidad constante de ir al baño, náuseas y vómitos, fiebre y escalofríos.

 

El dolor por cálculos renales tiende a cambiar, por lo que no se debe esperar a que este disminuya por sí solo para acudir a consulta médica. Las molestias pueden llegar a agravarse si la litiasis se traslada a una ubicación diferente, a medida que se desplaza por las vías urinarias, de manera que solo los especialistas pueden recomendar un tratamiento preventivo o curativo para que se puedan deshacer los cálculos o evitar una reincidencia.

 

Más Agua = Menos Piedras

 

No todas las personas están acostumbradas a tomar grandes cantidades de agua al día, no obstante, entre más y mejor hidratado esté, tendrá menos riesgo de que aparezcan cálculos renales.

 

Aumentar la ingesta no resultará fácil para todos. Sobre todo, si de un día para otro debe pasar de tomar un vaso a varios litros al día. De hecho, para la mayoría de las personas tomar la cantidad de agua suficiente es una tarea un poco complicada.

 

Por lo tanto, no hay que añadir estrés a la tarea, un buen truco es comenzar a aumentar la toma de agua poco a poco, por ejemplo, si toma solo un vaso al día, añada uno más al siguiente y así gradualmente. Incluso puede ponerse metas de vasos tomados a la semana y así cuando finalice el mes habrá aumentado la cantidad de agua sin tener que pasar por un martirio o hacerlo de golpe, lo que puede acarrear un rechazo a tal hazaña.

 

Otra de las posibles excusas que puede tener es que no dispone de mucho tiempo para pasarlo en el baño. Sí, es verdad que, al aumenta la ingesta de agua, tendrá que ir más al baño, sin embargo, esto también es otra cosa a la que hay que acostumbrarse y lo terminará haciendo poco a poco.

 

Es cuestión de realizar una evaluación ¿al final qué será más molesto? tener que aumentar el agua que toma, las veces que va al baño o el dolor, las molestias y la posible intervención si aparece un cálculo.

 

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