El Síndrome de Sjögren es una Enfermedad Autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca las glándulas encargadas de producir secreciones como la saliva, las lágrimas y la lubricación vaginal.
Aunque afecta principalmente a las glándulas lagrimales y salivales, también puede comprometer otros órganos y sistemas del cuerpo.
Causas y factores de riesgo del Síndrome de Sjögren
La causa exacta del Síndrome de Sjögren no se conoce con certeza, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos virus podrían desencadenar una respuesta inmune anormal, bloqueando la secreción de lágrimas y saliva. Entre los factores de riesgo se incluyen:
- Predisposición genética
- Infecciones virales
- Estrés crónico
- Contaminación ambiental
Síntomas del Síndrome de Sjögren
Los síntomas pueden variar en intensidad, pero los más característicos incluyen:
Resequedad en ojos, boca y vagina
- Ojos: sensación de arena o tierra en los ojos debido a la falta de lágrimas
- Boca: disminución de saliva, lo que dificulta hablar, tragar y aumenta el riesgo de Caries
- Vagina: resequedad vaginal que puede causar molestias y dolor durante las relaciones sexuales
En algunos casos, el Síndrome de Sjögren también puede afectar:
- Sistema musculoesquelético: dolor en las articulaciones y Fatiga crónica
- Pulmones y riñones: inflamación o daño en estos órganos en casos avanzados
- Sistema linfático: en situaciones raras, puede aumentar el riesgo de Linfoma no Hodgkin
¿Cómo se diagnóstica el Síndrome de Sjögren?
El diagnóstico se basa en una combinación de síntomas, pruebas clínicas y de laboratorio, entre las cuales se encuentran:
- Prueba de Schirmer: se coloca una tirita en el ojo para medir la producción de lágrimas
- Medición de saliva: se evalúa la cantidad de saliva producida en un tiempo determinado
- Exámenes de sangre: se buscan anticuerpos específicos asociados con la enfermedad, como el anti-SSA y anti-SSB
- Biopsia de glándula salival: se extrae una pequeña muestra para evaluar la infiltración linfocitaria
- Pruebas oftalmológicas: se examina la superficie ocular para detectar erosiones en la Córnea
Tratamiento del Síndrome de Sjögren
No existe una cura definitiva, pero los tratamientos ayudan a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones, a través del manejo de la resequedad:
- Ojos: uso de lágrimas artificiales y antiinflamatorios para proteger la córnea
- Boca: sustitutos de saliva y estimulantes para mejorar la producción salival
- Vagina: lubricantes y humectantes vaginales para aliviar la sequedad
Si la enfermedad afecta otros órganos, pueden emplearse:
- Fármacos inmunosupresores, como hidroxicloroquina o metotrexato en casos severos
- Corticoides o inmunomoduladores, si hay inflamación sistémica
- Terapias biológicas, como el rituximab, en casos resistentes
Posibles complicaciones
Si el Síndrome de Sjögren no se trata adecuadamente, puede derivar en:
- Daño ocular irreversible por ruptura de la Córnea
- Pérdida de piezas dentales por la disminución de saliva
- Desarrollo de Linfoma no Hodgkin, aunque es una complicación poco frecuente
- Hepatitis Autoinmune o Cirrosis, en casos raros
El Síndrome de Sjögren es una Enfermedad Autoinmune Crónica que afecta principalmente la producción de secreciones en el cuerpo, generando resequedad en los ojos, boca y vagina. Aunque su causa exacta no está totalmente clara, se relaciona con factores genéticos y ambientales.
Su diagnóstico requiere pruebas específicas y su tratamiento está enfocado en el alivio de los síntomas y la prevención de complicaciones. Un seguimiento médico adecuado con un Reumatólogo y el manejo multidisciplinario son clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes.