Trasplante Hepático: qué es, cuándo se indica, procedimiento y recuperación
¿Qué es un trasplante hepático?
El Trasplante Hepático es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae el hígado que ya no funciona adecuadamente y se sustituye por uno sano. El órgano puede provenir de:
- Donante fallecido (la fuente más común)
- Donante vivo, que aporta una parte de su hígado (el órgano se regenera)
El hígado es el único órgano capaz de regenerarse casi por completo, lo que permite la posibilidad de trasplantes con donantes vivos.
¿Cuándo se indica un trasplante de hígado?
El trasplante generalmente se considera cuando el daño hepático ya no puede tratarse con medicamentos u otros procedimientos. Las causas más habituales incluyen:
1. Cirrosis hepática avanzada
La mayoría de los trasplantes se realizan por cirrosis causada por:
- Hepatitis B o C
- Consumo crónico de alcohol
- Hígado graso avanzado (esteatohepatitis no alcohólica)
- Enfermedades autoinmunes
2. Insuficiencia hepática aguda
Un daño súbito que provoca falla rápida del hígado, causado por:
- Sobredosis de medicamentos (como paracetamol)
- Hepatitis fulminante
- Tóxicos o intoxicaciones
3. Enfermedades hepáticas hereditarias
Entre ellas:
- Hemocromatosis
- Enfermedad de Wilson
- Déficit de alfa-1 antitripsina
4. Cáncer de hígado
En especial el carcinoma hepatocelular, siempre que cumpla criterios de trasplante.
Síntomas que pueden indicar necesidad de trasplante
Los pacientes candidatos suelen presentar:
- Ictericia (coloración amarilla)
- Ascitis (acumulación de líquido en abdomen)
- Confusión o encefalopatía hepática
- Fatiga severa
- Sangrados frecuentes
- Pérdida de masa muscular
- Episodios de infecciones repetidas
Estos síntomas indican que el hígado ha perdido la mayor parte de su función.
Evaluación para ser candidato a trasplante
Antes del procedimiento, el paciente pasa por una evaluación integral que incluye:
- Estudios de sangre y pruebas hepáticas
- Imágenes (ultrasonido, TAC, resonancia)
- Evaluación cardiopulmonar
- Valoración nutricional
- Estudios psicológicos y sociales
- Determinación del puntaje MELD, que define la urgencia del trasplante
El equipo médico determina si la persona es apta y la ingresa a la lista de espera.
¿Cómo es el procedimiento quirúrgico?
El trasplante hepático es una cirugía mayor que puede tardar entre 6 y 12 horas, según el caso. El proceso incluye:
- Retiro del hígado dañado.
- Implantación del hígado del donante.
- Conexión de vasos sanguíneos y vías biliares.
- Ingreso a cuidados intensivos para vigilancia estrecha.
En donante vivo, se extrae solo un segmento del hígado que se regenera en ambos: donante y receptor.
Recuperación después del trasplante
La recuperación es progresiva y requiere de cuidados continuos:
En el hospital
- Estancia en UCI por algunos días
- Monitoreo de función hepática
- Control de infecciones
- Ajuste de medicamentos inmunosupresores
En casa
- Reposo y actividad física gradual
- Alimentación balanceada
- Evitar alcohol y sustancias tóxicas
- Toma rigurosa de inmunosupresores
- Seguimiento médico frecuente
La mayoría de los pacientes retoman una vida prácticamente normal después de varios meses.
Riesgos y complicaciones posibles
Aunque el trasplante hepático es seguro en manos expertas, pueden ocurrir complicaciones como:
- Rechazo del órgano
- Infecciones
- Problemas en las vías biliares
- Trombosis de vasos sanguíneos
- Efectos secundarios de inmunosupresores
El seguimiento especializado reduce significativamente estos riesgos.
Pronóstico y calidad de vida
Los trasplantes de hígado tienen tasas de supervivencia muy altas:
- 85–90% al primer año
- 70–75% a cinco años
Muchos pacientes logran retomar actividades laborales, deportivas y sociales, disfrutando de una vida plena.
El Trasplante Hepático es una alternativa vital para personas con daño hepático avanzado o enfermedades graves del hígado. Gracias a los avances en medicina, la supervivencia y la calidad de vida posterior al trasplante continúan mejorando. Una evaluación temprana, un adecuado seguimiento y la adherencia a los tratamientos son fundamentales para obtener los mejores resultados.