El éxito del desarrollo cerebral es la salud mental

El éxito del desarrollo cerebral es la salud mental

Editado por: el 09/10/2020

Siempre hemos creído que el cerebro es muy complejo. ¡Y es cierto! Pero cuando logramos entender su funcionamiento, no es tan difícil ayudar a educarlo y con ello mejoraríamos el correcto desarrollo mental de nuestros hijos.

 

 

El desarrollo cerebral y emocional inicia desde la concepción y la temprana interacción del bebé con sus padres. El adecuado desarrollo del cerebro dependerá de nuestra salud intelectual y social, en pocas palabras nuestra salud mental.

 

¿Cómo es su evolución?

 

El cerebro está totalmente desarrollado al nacer. Y a partir de entonces y hasta aproximadamente 18-20 años continúan los procesos de protección y maduración neuronal llamados mielinización. El cerebro pesa aproximadamente el 10% del peso del niño al nacer y a los 2 años triplica su tamaño, además de contar con casi 86,000 millones de neuronas interconectadas para ir aprendiendo lo que corresponda a cada etapa del desarrollo.

 

¿Cómo se divide?

 

Filogenéticamente, es decir, a través del tiempo nuestro cerebro está mediado bajo 3 sistemas biológicos, que le han llamado 3 cerebros; y no es que tengamos 3 cerebros, sino que a través del tiempo las especies han evolucionado y las estructuras cerebrales se van haciendo más sofisticadas.

 

Estos 3 sistemas son el cerebro reptiliano, el cerebro límbico y la corteza cerebral, y se clasifican así por la siguiente causa:

 

Cerebro reptiliano o primitivo: 

 

En esta estructura están albergadas todas las funciones vitales del organismo, como la respiración y la función del corazón. Le llaman cerebro reptiliano porque es similar al cerebro de los reptiles, incluso los animales con mínima estructura cerebral tienen este tipo de cerebro y es por esta área por la que actuamos instintivamente, además de activar nuestros sentidos de protección, seguridad y supervivencia.

 

Durante esta etapa es importante hacerle saber al niño que está seguro y protegido, brindándole todo lo que necesita sin separarse de él, ya que de esta forma vamos fomentando la seguridad en nuestros hijos. En todas las especies, es visto como amenaza que la madre se aleje de su cría. Los bebés que son separados de sus madres lloran 10 veces más.

 

Es normal que se presenten ciertas conductas como llorar cuando necesita algo, actuar por instinto y tratar de tener inmediatamente todo lo que quiere, pues está indefenso. La actitud de ser el que manda, deberá durar aproximadamente año y medio. Posterior es este tiempo debemos ir modificando los estímulos para favorecer la maduración y el crecimiento de cada etapa evolutiva.

 

Cerebro límbico o emocional:

 

Está por encima de las estructuras del cerebro primitivo. Este cerebro límbico es el complejo responsable de la aparición de las emociones. Empiezan a experimentar y reconocer sensaciones de sorpresa, entusiasmo, euforia, confianza, disfrute, alegría, tristeza, enfado, miedo, disgusto.

 

En esta etapa que inicia desde el año y medio, y dura hasta aproximadamente los 4-5 años, nuestra responsabilidad como padres además de protegerlos, es irles enseñando a reconocer esas emociones para que su personalidad vaya adquiriendo la sana confianza necesaria con la que a todos nos gustaría crecer y vivir.

 

En este momento es cuando debemos ir empezando a dejar claro que ya no mandan ellos, establecerles reglas, hábitos y comportamientos, esto los volverá emocionalmente más estables a diferencia de los niños que dan rienda suelta a sus impulsos emocionales. Por el mismo motivo, los niños que no activan a menudo el centro de control emocional de sus cerebros, probablemente sean adultos con poco control de sí mismos.

Si ante alguna conducta inapropiada reaccionamos con agresión física o verbal, abandono o ignorándoles, podemos dañar su autoestima y su cerebro emocional, repercutiendo también en el racional. El tipo de crianza que ofrezcamos en sus primeros años de vida (los guiados por el cerebro primitivo y emocional) influirá en su manera de utilizar el cerebro racional.

 

Corteza cerebral:

 

Es la parte evolutiva más reciente del desarrollo de nuestro cerebro. Es el cerebro racional, consciente, analítico y creativo. Es con el que aprendemos a ser humanos, la sede de los pensamientos, con el que podemos usar nuestras capacidades cognitivas, la lógica, el lenguaje, la planificación, la evaluación, la lectura y escritura. A todo esto, le llamamos las funciones ejecutivas porque nos permiten planear algo, buscar los medios para hacerlo y lograrlo.

 

Cuando actuamos instintivamente o emocionalmente, este es el que nos hace entrar en razón, es decir la inteligencia emocional.

 

En el hemisferio izquierdo están todas esas funciones ejecutivas, es con esta corteza cerebral con la que podemos aprender a comportarnos, ponernos retos, crear nuevas metas y cumplirlas. En el lado derecho está el arte, la música y lo emocional.

 

Lo que destaca de todas estas funciones en el cerebro del niño en comparación con el del adulto es la curiosidad innata y la creatividad. A esta edad la imaginación está en su máximo esplendor y hay que ayudar a potenciarla permitiéndoles experimentar y jugar. Además, ellos aprenden más fácilmente mientras juegan. A cualquier edad, aprendemos más fácil si nos divertimos.

 

Lo mejor de todo es que el cerebro tiene una plasticidad casi mágica y se aprende a cualquier edad, todos podemos seguir aprendiendo, modificando comportamientos y cambiando lo que queramos mejorar. Lo único que se necesita es: querer.

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