La suplementación durante el Cáncer es un tema de creciente interés tanto para pacientes como para profesionales de la salud. Aunque no es una práctica nueva, aún se considera un área en evolución, con muchos aspectos que requieren evaluación personalizada.
Comprender cuándo, cómo y con qué suplementos complementar la alimentación es fundamental para apoyar el tratamiento y la recuperación del paciente oncológico.
Importancia de la asesoría profesional
Antes de iniciar cualquier tipo de suplementación, es indispensable consultar con un Médico o un Nutriólogo capacitado en el área oncológica. No todos los profesionales tienen conocimientos específicos en suplementación para Cáncer, por lo que acudir a un especialista puede marcar una diferencia significativa en la efectividad y seguridad del tratamiento.
Cada fase del Cáncer —diagnóstico, tratamiento y recuperación— implica necesidades nutricionales distintas. Además, algunos tratamientos, como la Quimioterapia o la Radioterapia, pueden presentar interacciones con ciertos suplementos. Por ello, es fundamental una valoración individualizada que defina qué tipo de suplementación es adecuada en cada momento.
¿Por qué es necesaria la suplementación?
Durante el Cáncer, es frecuente que los pacientes experimenten pérdida del apetito, náuseas o dificultades para absorber nutrientes, especialmente si el Cáncer está localizado en el sistema digestivo. Esta disminución en la ingesta y absorción de alimentos impide cubrir los requerimientos nutricionales básicos del cuerpo.
La suplementación —o, mejor dicho, el complemento de la alimentación— se vuelve entonces una herramienta esencial. Ayuda a asegurar el aporte de nutrimentos necesarios en una etapa especialmente delicada, favoreciendo la respuesta al tratamiento y mejorando la calidad de vida del paciente.
Riesgos y precauciones
Aunque en general los suplementos seguros no representan un riesgo, sí existen situaciones en las que no se recomienda su uso, particularmente durante algunos tratamientos activos. Por ejemplo, en ciertas fases de la Quimioterapia o Radioterapia, los multivitamínicos pueden interferir con el objetivo del tratamiento, que es atacar células malignas, ya que al nutrir las células (incluidas las cancerosas), podrían contrarrestar la acción del fármaco.
En estos casos, lo aconsejable es esperar a que el tratamiento finalice antes de iniciar la suplementación, siempre bajo supervisión profesional. También es esencial elegir suplementos de calidad, libres de sustancias sintéticas o tóxicas, que cuenten con respaldo de seguridad.
¿Qué suplementos se utilizan con mayor frecuencia?
La mayoría de los pacientes oncológicos toman algún tipo de multivitamínico después del tratamiento, como parte del proceso de recuperación celular. Algunos suplementos considerados fundamentales incluyen:
- Omega 3 (EPA y DHA): recomendado casi de manera universal, tanto en personas con cáncer como en la población general, por su efecto antiinflamatorio y apoyo al sistema inmunológico
- Probióticos: útiles para mantener la salud intestinal, especialmente afectada durante los tratamientos
- Vitamina D: comúnmente suplementada por su relación con la función inmunológica y ósea
- Complejo B: frecuente en multivitamínicos, por su rol en el metabolismo energético y la función nerviosa
Además, existen suplementos especializados como antioxidantes potentes o compuestos que apoyan el funcionamiento hepático, aunque su uso debe ser más específico y supervisado.
Suplementación personalizada según el tipo y estadio del Cáncer
Cada Cáncer es diferente, incluso entre pacientes con el mismo diagnóstico. La respuesta al tratamiento varía de persona a persona, lo que implica que la suplementación también debe ser individualizada. Factores como el estadio de la enfermedad y la tolerancia del paciente al tratamiento influyen directamente en las decisiones sobre qué suplementos utilizar.
Por esta razón, aunque algunos productos como el omega 3 y los probióticos pueden considerarse casi universales, la inclusión de otros suplementos debe basarse en una valoración completa del estado de salud, la fase del tratamiento y las necesidades nutricionales específicas del paciente.
