Tamiz Visual Neonatal: Vital para prevenir la discapacidad visual

Tamiz Visual Neonatal: Vital para prevenir la discapacidad visual

Editado por: TOP DOCTORS® el 16/10/2023

El Tamiz Visual Neonatal es un examen que se realiza para descartar enfermedades oculares que podrían causar discapacidad visual en el periodo perinatal. Este período, que abarca desde el embarazo hasta el nacimiento y los primeros días de vida, es crítico para prevenir condiciones que podrían llevar a la ceguera en la infancia.


Los problemas oculares en los recién nacidos son más comunes de lo que se piensa. Además, factores como la Rubéola y las complicaciones por falta de Vacunas pueden desencadenar enfermedades de los ojos. El Tamiz Visual es fundamental para identificar estas condiciones en una etapa temprana, permitiendo intervenciones preventivas y tratamientos que salvan la vista y la vida.


El 70% de los niños que asisten a escuelas para ciegos podrían haber evitado esta condición con el Tamiz Visual adecuado. La relevancia de este procedimiento es innegable, ya que puede cambiar el curso de la vida de un niño y reducir la carga económica que implica atender discapacidades visuales para el país.


Detalles del Tamiz Visual Neonatal

El Tamiz Visual debe llevarse a cabo alrededor del día 28 del nacimiento, idealmente por un oftalmólogo especializado en pediatría. A diferencia de una simple evaluación visual, este proceso es una exploración completa del ojo, desde párpados hasta nervio óptico.


El examen puede detectar infecciones como la Toxoplasmosis hasta traumatismos y tumores, siendo el Retinoblastoma uno de los más preocupantes debido a su rápida progresión. Identificar estas condiciones a tiempo puede no solo preservar la visión, sino también la vida del niño.


Para muchos padres, la idea de que sus hijos sean sometidos a exámenes médicos puede ser aterradora. Sin embargo, el Tamiz Visual Neonatal, aunque puede resultar molesto para el bebé, no es doloroso, pues se utilizan anestésicos y técnicas cuidadosas para minimizar el malestar.


A pesar de las lágrimas y el llanto que puede provocar, el procedimiento es breve y tolerable. La incomodidad momentánea vale la pena para garantizar una vida futura con visión y salud visual óptimas para el niño.

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