El envejecimiento es un proceso al cual todos estamos destinados. Nuestro cuerpo comienza a experimentar ciertas fallas y disfunciones propias de la vida a medida que envejecemos: las células se vuelven menos eficientes, los órganos presentan alteraciones en su funcionamiento y se producen diversos deterioros en el cuerpo. Para vivir este proceso de manera digna y evitar un rápido deterioro, es fundamental la actividad física y el movimiento.
La actividad física es la "gasolina del cuerpo". Mantenernos activos y hacer ejercicio de forma adecuada (según nuestras capacidades y necesidades) nos permite mantenernos funcionales y equilibrados tanto física como psicológicamente.
El ejercicio físico ayuda a mantener un buen tono muscular, la densidad ósea, la permeabilidad de las articulaciones, el funcionamiento cerebral, la circulación sanguínea y la oxigenación, entre otros beneficios.
En cuanto a los aspectos psicológicos, el ejercicio ayuda a las personas adultas mayores a sentirse útiles, motivadas y activas, lo cual las hace menos propensas a la Depresión, la Ansiedad y otras alteraciones cognitivas. Además, el equilibrio psicológico influye positivamente en el aspecto físico, generando un círculo virtuoso entre ambos aspectos.
¿Cómo saber cuál es el mejor ejercicio en la vejez?
Es importante tener en cuenta las necesidades y características de cada paciente al diseñar un programa de ejercicio terapéutico. El tratamiento debe ser personalizado y adaptado a las condiciones de movilidad y salud de cada uno.
Motivar a los adultos mayores a realizar ejercicio puede ser un desafío, especialmente si no han tenido una vida activa previa. Asimismo, es importante enfocarse en la parte psicológica y motivacional, involucrar a la familia y generar un ambiente afectivo y de apoyo.
El trabajo en grupo, como clases de natación o actividades recreativas, puede ser muy beneficioso. También se debe tener en cuenta la combinación adecuada de ejercicios de fuerza y resistencia, adaptados a cada paciente.
El trabajo multidisciplinario entre fisioterapeutas, geriatras y otros especialistas es fundamental para ofrecer el mejor plan de entrenamiento a los adultos mayores. La comunicación y colaboración entre los profesionales de la salud es esencial para ofrecer un enfoque integral de tratamiento a estos pacientes.
La vejez no es el fin del camino, sino una etapa en la cual se puede mantener la funcionalidad y la calidad de vida a través del ejercicio y el cuidado de especialistas.