La Tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium Tuberculosis, que afecta principalmente a los pulmones, aunque puede comprometer otros órganos.
A pesar de los avances médicos, la Tuberculosis sigue siendo una preocupación de salud pública en México y el mundo. En los primeros meses de 2025, México ha registrado un aumento significativo en los casos de Tuberculosis, con 4,113 casos confirmados hasta la primera quincena de marzo, convirtiéndose en la segunda enfermedad de mayor prevalencia después de la influenza.
Las entidades más afectadas incluyen Baja California, Nuevo León y Veracruz. La Secretaría de Salud ha enfatizado la importancia de fortalecer la vigilancia epidemiológica y las estrategias de detección y tratamiento.
¿Qué es la Tuberculosis y cómo se transmite?
La Tuberculosis es una infección bacteriana crónica que afecta principalmente los pulmones, aunque en algunos casos puede comprometer otros órganos, como los riñones, el cerebro y la columna vertebral. Se transmite de persona a persona a través de gotículas respiratorias expelidas al toser, estornudar o hablar.
A diferencia de otras enfermedades respiratorias, la Tuberculosis no se contagia por contacto con objetos o superficies contaminadas, sino por la inhalación de bacterias suspendidas en el aire. Sin embargo, no todas las personas expuestas a la bacteria desarrollan la enfermedad; en muchos casos, el sistema inmunológico logra controlarla, manteniéndola en estado latente.
Además, ciertas condiciones pueden aumentar la probabilidad de contraer Tuberculosis o desarrollar su forma activa:
- Desnutrición y condiciones de vida precarias: una alimentación deficiente y la falta de acceso a servicios básicos de salud pueden debilitar el sistema inmunológico y favorecer el desarrollo de la TB
- Uso de drogas o alcoholismo crónico: el consumo excesivo de sustancias afecta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones
- Comorbilidades como Diabetes y VIH/SIDA: las personas con enfermedades que debilitan el sistema inmune tienen mayor riesgo de desarrollar TB activa
Tipos de Tuberculosis
Existen dos formas principales de Tuberculosis:
- Infección tuberculosa latente: La persona tiene la bacteria en su cuerpo, pero su sistema inmunológico la mantiene bajo control, evitando que se multiplique. No presenta síntomas y no es contagiosa. Sin embargo, sin tratamiento, puede evolucionar a TB activa
- Enfermedad tuberculosa activa: La bacteria se multiplica y causa síntomas. Puede ser contagiosa si afecta los pulmones o la garganta
En las últimas décadas, la falta de adherencia al tratamiento y el uso inadecuado de antibióticos han llevado al desarrollo de cepas resistentes, conocidas como Tuberculosis multirresistente (TB-MDR) y Tuberculosis extremadamente resistente (TB-XDR). Estas variantes son mucho más difíciles de tratar y requieren esquemas terapéuticos prolongados con medicamentos más tóxicos y costosos.
Para prevenir la resistencia a los antibióticos, es fundamental que los pacientes completen el tratamiento prescrito y que los sistemas de salud implementen programas de control y seguimiento adecuados.
Síntomas de la Tuberculosis activa
Los síntomas de la Tuberculosis pueden variar dependiendo de la fase de la enfermedad y del órgano afectado. En su forma pulmonar activa, los síntomas más comunes incluyen:
- Tos persistente que dura más de tres semanas
- Dolor en el pecho
- Tos con sangre o esputo
- Debilidad o Fatiga
- Pérdida de peso sin causa aparente
- Fiebre y escalofríos
- Sudores nocturnos
En casos de Tuberculosis extrapulmonar, los síntomas dependerán del órgano afectado. Por ejemplo, la TB en los riñones puede causar sangre en la orina, mientras que en el sistema nervioso central puede provocar dolores de cabeza intensos y alteraciones neurológicas.
Es fundamental buscar atención médica si se presentan estos síntomas para un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Diagnóstico y tratamiento de la Tuberculosis
El diagnóstico de la Tuberculosis se realiza mediante:
- Prueba cutánea de la tuberculina (PPD): Se inyecta una pequeña cantidad de proteína derivada de la bacteria bajo la piel y se evalúa la reacción después de 48-72 horas
- Análisis de sangre: detecta la respuesta inmunitaria a la bacteria
- Radiografía de tórax: identifica lesiones en los pulmones características de la TB
- Análisis de esputo: examina muestras de mucosidad para detectar la presencia de la bacteria
Estas pruebas ayudan a determinar si una persona tiene una infección latente o una enfermedad activa.
El tratamiento de la Tuberculosis implica un régimen prolongado de antibióticos, generalmente durante seis meses o más. Es esencial completar el tratamiento según las indicaciones médicas para curar la enfermedad y prevenir la aparición de cepas resistentes a los medicamentos. La falta de adherencia al tratamiento puede conducir a formas más graves y difíciles de tratar.
Medidas preventivas
La prevención de la Tuberculosis se basa en medidas individuales y colectivas que ayudan a reducir la propagación de la bacteria:
- Vacunación con BCG: la vacuna Bacilo de Calmette-Guérin (BCG) se administra a recién nacidos para proteger contra formas graves de TB en la infancia
- Ventilación de espacios: Mantener los ambientes bien ventilados para evitar la concentración de partículas infecciosas en el aire
- Higiene respiratoria: cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo o un pañuelo desechable al toser o estornudar
- Evitar el contacto cercano: reducir la exposición prolongada a personas con TB activa, especialmente en espacios cerrados
- Uso de mascarillas: en entornos de alto riesgo, el uso de mascarillas puede reducir la transmisión
- Pruebas regulares: Personas en contacto con pacientes de TB o con sistemas inmunológicos debilitados deben someterse a pruebas periódicas
Además, es importante que las personas con TB activa sigan estrictamente su tratamiento y tomen medidas para no propagar la enfermedad, como usar mascarillas y limitar el contacto con otros hasta que ya no sean contagiosas.
¿Con qué especialista acudir?
El diagnóstico y tratamiento de la Tuberculosis deben ser supervisados por especialistas en salud. Dependiendo del caso, se recomienda acudir a:
- Neumólogo: especialista en enfermedades pulmonares, encargado de diagnosticar y tratar la Tuberculosis pulmonar
- Infectólogo: indicado en casos de Tuberculosis extrapulmonar o resistente a los medicamentos
- Médico internista: manejo integral en adultos con comorbilidades como diabetes o VIH
- Pediatra: en casos de Tuberculosis infantil, para un tratamiento adaptado a menores
La consulta con un especialista es clave para recibir un diagnóstico oportuno y seguir un tratamiento adecuado que evite complicaciones y la propagación de la enfermedad.
La Tuberculosis sigue siendo un problema de salud pública en México y en el mundo, pero con un enfoque adecuado en la detección temprana, el tratamiento efectivo y la prevención, es posible reducir su impacto. La vacunación, la mejora de las condiciones de vida y el acceso a diagnósticos avanzados son claves para controlar la propagación de esta enfermedad.