¿Qué son las Pruebas de Función Olfatoria?
Las Pruebas de Función Olfatoria son evaluaciones clínicas que miden la capacidad de una persona para percibir, identificar y diferenciar olores. Son herramientas diagnósticas utilizadas para detectar trastornos del olfato y comprender su causa.
¿En qué consiste?
Existen varios tipos de pruebas para evaluar el olfato, pero las más comunes incluyen:
- Pruebas psicofísicas: el paciente debe oler una serie de sustancias y reconocerlas, discriminarlas o clasificarlas. Un ejemplo es la prueba de identificación de olores (como el test "Sniffin' Sticks" o el UPSIT)
- Pruebas de umbral: determinan la concentración mínima de un olor que una persona puede detectar
- Electrofisiología Olfatoria: mide la respuesta eléctrica del sistema olfatorio al estímulo (menos común y más compleja)
- Imagenología (RMN o TAC): aunque no mide directamente el olfato, se utiliza para buscar causas estructurales (tumores, pólipos, lesiones en bulbos olfatorios)
¿Por qué se realiza?
Las Pruebas de Función Olfatoria se indican en pacientes que presentan:
- Pérdida total o parcial del olfato (Anosmia o Hiposmia)
- Percepción distorsionada de los olores (Parosmia o Fantosmia)
- Trastornos neurodegenerativos como Parkinson o Alzheimer
- Evaluación postinfección por COVID-19
- Sospecha de obstrucciones nasales (desviación del tabique, Pólipos Nasales)
- Evaluaciones médico-legales
Estas pruebas ayudan a determinar si la causa del problema es de origen nasal, neurológico o central.
¿Cómo prepararse para el examen?
Por lo general, no se requiere una preparación especial. Sin embargo, se recomienda:
- Evitar el uso de perfumes, colonias o productos con olores fuertes el día del examen
- No fumar ni consumir alimentos o bebidas con olores intensos horas antes de la prueba
- Informar al especialista si se está tomando algún medicamento, ya que algunos pueden alterar temporalmente la percepción olfatoria
En caso de que se sospeche una causa infecciosa o inflamatoria, puede pedirse previamente una limpieza nasal o tratamiento médico.
¿Qué se siente durante el examen?
Las Pruebas de Olfato son no invasivas, indoloras y seguras. En general, el paciente olerá varias sustancias impregnadas en papel, hisopos o bolígrafos con aromas específicos, y deberá:
- Identificarlas (por ejemplo, “menta”, “canela”, “limón”)
- Indicar cuál aroma es más fuerte entre varios
- Detectar si un olor está presente o no
El examen suele durar entre 15 y 30 minutos, dependiendo del protocolo utilizado.
¿Qué significan los resultados anormales?
Los resultados pueden indicar varios niveles de disfunción olfatoria:
- Normosmia: función olfatoria normal
- Hiposmia: reducción en la capacidad para oler
- Anosmia: pérdida total del olfato
- Parosmia: percepción alterada o distorsionada de los olores
- Fantosmia: percepción de olores inexistentes
Las alteraciones pueden deberse a múltiples causas, incluyendo:
- Obstrucciones Nasales (como Pólipos o desviación del tabique)
- Infecciones virales, especialmente post-COVID-19
- Traumatismos Craneales
- Exposición a sustancias tóxicas
- Trastornos Neurodegenerativos (como Parkinson o Alzheimer)
- Enfermedades Autoinmunes o Metabólicas (como Diabetes)
Los resultados permiten al especialista orientar el diagnóstico y definir el tratamiento más adecuado.
Avances recientes
La pandemia de COVID-19 aceleró la investigación en el campo del olfato, generando avances importantes:
- Desarrollo de pruebas rápidas de olfato para diagnóstico temprano de COVID-19
- Aplicación de inteligencia artificial para el análisis de respuestas olfativas
- Mayor uso de tecnología de realidad aumentada y sensores electrónicos ("narices electrónicas") para evaluar la función olfativa
- Avances en terapia de entrenamiento olfativo, útil para recuperar el sentido tras una pérdida
Estos avances han permitido mejorar la precisión diagnóstica y ofrecer mejores tratamientos.
¿Qué especialista realiza la prueba?
Las Pruebas de Función Olfatoria pueden ser realizadas por varios profesionales, dependiendo del contexto clínico:
- Otorrinolaringólogo: es el especialista más habitual para valorar Trastornos del Olfato y realizar pruebas clínicas
- Neurólogo: si se sospecha un origen neurológico o degenerativo
- Médico Internista o Infectólogo: en el contexto de enfermedades sistémicas o infecciones como COVID-19
- Psicólogo Clínico o Neuropsicólogo: cuando se requiere una evaluación cognitiva complementaria